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domingo, 31 de mayo de 2015

Fotos Gran Poder en ciudad maravilla

Las calles de la ciudad de La Paz, catalogada desde el 7 de diciembre de 2014, como ciudad maravilla del mundo, se llenaron de alegría y colorido, puesto que 65 fraternidades y otras invitadas participaron de la tradicional entrada del Señor Jesús del Gran Poder.

Los bailarines no sólo danzaron por devoción, sino también para que la entrada de Jesús del Gran Poder, la Fiesta Mayor de los Andes sea postulada ante la Unesco, para que sea patrimonio intangible de la humanidad.

Desde la noche del sábado los devotos se alistaban con el maquillaje, ropa, últimos detalles que no pudieron dejar pasar por alto. Eran las 4.00 de la madrugada y personas como la señora María Eugenia, que iba a bailar de chola antigua la danza de la morenada, ya estaba preparándose, con el trenzado de sus cabellos, el maquillaje y otros aspectos, pues debía lucir bien ante el Señor del Gran Poder y ante el variado público.

La Fiesta Mayor de los Andes, aparte de ser derroche de alegría fue una expresión cultural del departamento paceño, informó Javier Escalier, secretario municipal de Culturas.

Los más de 40.000 folkloristas demostraron variados pasos a lo largo de la ruta que inició en la plaza Garita de Lima, siguió por la avenida Buenos Aires y las calles Vicente Ochoa, Antonio Gallardo, Sagárnaga, Illampu, Pando, avenida Montes, avenida Mariscal Santa Cruz, el paso cada vez se aceleraba y era más entonado cuando llegaban hasta la avenida Camacho, lugar donde se encontraba el palco, con los invitados especiales y autoridades naciones.

Después de realizar la demostración por minutos en el palco, los bloques de danzarines prosiguieron por la avenida Simón Bolívar y como punto final y desconcentración llegaron al estadio Hernando Siles.

Como todos los años la danza de la morenada fue la que más bloques presentó. En la entrada se pudo apreciar una variedad de bordados en las mantas, creatividad, joyas lujosas, pero sobre todo el ritmo que le pusieron las mujeres de pollera, que hicieron bailar a más de uno del público.

El resonar de las matracas, los giros, los pasos bien calculados invitaban a una fiesta que nadie podía rechazar, pues la alegría era contagiosa. A ritmo lento y con botas altas danzaron las chinas morenas. Los modelos que representan a la época colonial, deslumbraron a más de uno.

Otras danzas como la kullaguada, caporal, waca waca, tobas, entre otros, demostraron destreza y habilidad de sus pasos. Todos con trajes ostentosos, colores alegres.

Las bandas aparte de llamar la atención emitieron melodiosos sonidos, también brindaron un espectáculo aparte.

El buen clima acompañó la jornada, puesto que el sol brillante se impuso sobre los bailarines y los visitantes.

Sin embargo, un aspecto negativo que provocó que la entrada se extendiera fue el horario de inicio que estaba programado para 07.00 de la mañana, pero tuvo un retraso casi de dos horas. Al promediar las 09.00 de la mañana la comitiva hacía su ingreso hasta el palco para desarrollar un ritual. La fiesta se extendió hasta pasada la medianoche.

Como cada año el jurado calificador tomó en cuenta el vestuario, coreografía, puntualidad y entusiasmo de las fraternidades. Por ese motivo cada fraternidad preparó coreografías especiales en procura de ganarse la simpatía del público.

DATOS

- Desde 1982 las fraternidades deben usar sólo dos bandas.

Cada fraternidad, por normativa interna, sólo debía usar como máximo dos bandas.

- Debido a esto, las fraternidades numerosas prefieren dividir sus bandas en más de un bloque, para que los danzarines no se queden sin música.

- La morenada Eloy Salmón innovó en su matraca usando modelos de accesorios como televisores.

- La banda intercontinental Poopó llevó llamativos destalles en sus cascos, como figuras de la máscara de la danza de la diablada.






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