Entre el sonido de cientos de matracas, la voz de Cristian Castro retumbó en toda la zona de Achachicala. Ante más de 4.000 personas, el cantante mexicano ofreció un espectáculo de casi dos horas para la fraternidad Verdaderos Intocables del Gran Poder.
Previamente, durante la conferencia de prensa, el hijo de la actriz Verónica Castro definió a La Paz como única.
La famosa composición de Roberto Cantoral García El Triste dio inicio al show a las 19:40. Seis músicos y dos coristas acompañaron al intérprete.
Vestido elegantemente con un traje negro, el artista arrancó los gritos de la multitud. Entre ella, varios clubes de fans que pudieron ingresar, a los que Castro agradeció el recibimiento que le dieron en el aeropuerto de El Alto. "Me dieron serenata hasta las cinco de la mañana”, dijo.
La nave del recuerdo, otro clásico, continuó en la fría noche paceña, en la que demostró una gran capacidad interpretativa. Los presentes elogiaron su voz, igual a sus grabaciones. El sonido fue el adecuado para que las canciones se escucharan hasta la autopista y más allá.
"No hace falta oxígeno” aseguró el famoso respecto a su anterior visita a la sede del Gobierno, de la cual ya pasaron siete años.
Los temas Enamorados, el vals peruano Ódiame, y Cuando me miras así, prosiguieron en el repertorio. La última canción fue dedicada a una de las pasantes de la fraternidad, por su cumpleaños. Azul y Déjame conmigo fueron igualmente coreadas por los presentes.
Asimismo, para la interpretación de Volver a amar, el cantante invitó al escenario a su imitador boliviano, Daniel Rojas, ganador del programa televisivo nacional Yo me llamo.
Te amaré más allá, Morelia, Ángel, Lo mejor de mí y Te llamé fueron otros de los temas en los que el público demostró su afición por el mexicano.
Con la continuación de Si tú me amaras, Mi vida sin tu amor, Yo quería, No hace falta y Con ella ya sobrepasaba las expectativas del público, que resaltó la sencillez y amabilidad del cantante mexicano.
Algunos folkloristas, sin embargo, protagonizaron algunos actos reprochables por el exceso en el consumo de bebidas alcohólicas, que felizmente no pasaron a más.
"Es un honor estar aquí. Me siento como si estuviera en mi país”, continuó el artista, que posterior a una pausa salió a escena invitado por los seis pasantes de la fraternidad. En agradecimiento por su presencia le obsequiaron un aguayo adornado con monedas y cubiertos de plata.
El tema esperado, Gallito feliz, puso a bailar a los presentes. El ritmo de cumbia contagió a la multitud. Otras canciones como Lloran las rosas, Mañana, Vuélveme a querer y Así era ella ponían broche de oro al encuentro. Otro de los puntos altos de la velada llegó con la canción Es mejor Así, para que el rock se haga presente en el show y Castro deje su huella nuevamente en La Paz.
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