Cuatro fueron los canales que transmitieron la entrada del Gran Poder y como estuve atento, pues nada se me escapó, al igual que a mis fieles “serruchadores”, quienes me pasaron sus veredictos de “transmisión” de este fastuoso desfile folclórico. Hubo de todo en las transmisiones, algunas fueron buenas y otras de regular para menos. Sin embargo, esto no significa que no aplaudamos de pie el sacrificio que implica transmitir en vivo un acontecimiento de esta naturaleza.
Veamos. Por un lado, algunos canales tuvieron el desatino de colocar “panelistas” y cortar la transmisión para leer en estudio mensajes o entrevistar a los panelistas, lo cual se salió del mismo formato de una transmisión de evento folclórico, ya que la entrada en ningún momento se detuvo como para que el canal “improvise” una entrevista o se ponga a leer mensajes. Es más, en los mensajes que determinado canal recibía, algunos televidentes les decían: “No interrumpan la transmisión”.
Otro detalle que yo había advertido hace un par de semanas era la posibilidad de tener a personas “relatando” lo que pasaba. Y este año se repitió de la misma manera. Es decir personas que ante su impotencia de improvisar un buen relato, expresaban: “qué entrada más colorida, qué devoción de los danzarines, etc., etc., etc.”. Tampoco faltó el conductor que recordaba las veces que había bailado o asistido a las fiestas de las fraternidades.
Repito, se aplaude el esfuerzo hecho para el desplazamiento de equipo humano y técnico, pero si no vamos a tener una línea coherente y atrayente de transmisión, pues también el esfuerzo será en vano.
Esperemos el 2018 para ver si las transmisiones convencen a mis serruchadores y a este incomprendido servidor.
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